Todo comenzó con la reforma de mi estudio, un departamento con un solo baño y una cocina. Acostumbrada a lidiar con las obras y sus imprevistos, cuando se me presentó la oportunidad de ser cliente y arquitecta al mismo tiempo no dudé en simplificar todo lo que podía e implementé lo que por lo general sugiero, que es acotar a uno o dos materiales la elección de los revestimientos; no solo por su practicidad y menor desperdicio, sino porque creo que al reducir la cantidad se acentúa la calidad. El material puede ser tanto cerámica como mármol, lo cual dependerá de nuestro presupuesto.
Habituados a decorar con los revestimientos que compramos para colocar en los locales sanitarios, nos olvidándonos que su función no es estética, sino práctica; proteger las paredes de la humedad o salpicaduras. Esto es porque las cadenas de venta de materiales nos inducen a consumir la mayor cantidad de revestimientos posibles, los baños y cocinas que se exhiben tienen hasta 3 o más revestimientos cada uno; entonces es difícil, ante la imposición de la moda sobre lo que un baño o una cocina debería ser, que las personas reflexionen sobre si es necesario adornar el local sanitario, y ni pensar en lo que implementé en mi estudio donde ambos compartan el mismo revestimiento.
Poner el acento en la elección de un solo material nos ahorraría tener que elegir elementos decorativos que no hacen a la funcionalidad y permitiría prestar atención a lo más importante de toda obra: la calidad de la mano de obra. A mi forma de ver la arquitectura es la precisión en la terminación y la prolijidad en la colocación; es lo que el escultor hace con el material cuando el acabado no debe tener imperfecciones. Esto no debería ser difícil de lograr trabajando con un profesional en la supervisión en línea con esta metodología de trabajo.
Recientemente leí un artículo en la web de la arquitecta Anna Roos dónde habla de las características en la arquitectura suiza: “La moderación, perfectamente impuesta, que a menudo se ve en la arquitectura suiza es precisamente lo que le da fuerza.” Y luego en una cita, el escritor R. James Breiding amplía: “…la precisión, sobriedad, seguridad y fiabilidad son las principales características de la arquitectura helvética.” Entiendo que en un país con gran influencia cultural de España, Francia e Italia, la sobriedad Suiza no es lo que predomina en cuanto a gustos y preferencias, pero si estamos acostumbrados a ver o hablar del minimalismo; más en línea con la propuesta aquí planteada, de un estilo de vida moderado.
Como conclusión creo que utilizar el mismo revestimiento en varios locales, es renunciar a pensarlo como ornamento a favor de apostar a la moderación y sobriedad, y así cambiar el foco a lo realmente importante: la calidad del material bien colocado. Entender que restar las particularidades ayuda a conformar una unidad visual. Menos es más.